Terapia online para padres: cómo mejorar la relación con tus hijos

Los problemas entre padres e hijos son una realidad común. Desde algunas riñas o desavenencias hasta grandes obstáculos de comunicación, la salud mental paternofilial no debe tomarse a la ligera. Las terapias online, con mayor oferta desde la Covid-19 –más del 95% de los psicólogos ofrece dicha modalidad– son una buena opción para dar el paso. Y, así, mejorar la calidad, el trato y el acierto de la relación con nuestros hijos.

¿Por qué la terapia online es una buena opción para padres ocupados?

Una de las grandes ventajas de la terapia online, especialmente a raíz de la pandemia y la consecuente digitalización a nivel global, es la de ser capaces de cuadrar horarios y conciliar el trabajo y las obligaciones con la salud mental familiar. A menudo, a causa del estrés y el cúmulo de responsabilidades, existe cierta incompatibilidad en el cuidado paternofilial que puede ser resuelta reajustando el momento de dedicación.

De este modo, un psicologo online resulta de lo más adecuado si no hay tiempo hábil suficiente para acudir a consulta presencialmente, pero con el mismo trato y garantías que en su forma presencial. Asimismo, siendo una opción que permite, si hay suerte, bastante flexibilidad horaria. Por lo que nos permitiría aplazar y reorganizar agendas si, con antelación, señalamos que no nos será posible acudir a las citas ya acordadas.

¿Cómo puede ayudarte la terapia online a entender a tus hijos?

Por un lado, la terapia online especializada en asuntos entre padres e hijos, justamente, tiene como objetivo trabajar el modo en que atendemos las necesidades de los hijos en su día a día. Por lo que el psicólogo o la psicóloga asignada a nuestro caso podrá proporcionarnos consejo y recomendaciones para manejar y mejorar dicha relación. En especial, para padres que por ciertos factores no pueden estar tanto como querrían.

Además, el acceso a este tipo de terapia online, más que únicamente dirigida a entender a los hijos, puede ayudarnos a entender cómo obramos y debemos obrar en nuestro futuro. Un proceso realmente importante, por una parte, porque debe existir ese mismo entendimiento en cualquier relación afectiva. Pero, también, ya que profundizar en las propias emociones puede ayudarnos a detectar problemas anteriormente inadvertidos.

Y es que, a veces, aunque pensemos que hacemos lo correcto, nuestros principios e ideales no pueden amoldarse a los de un niño. En primer lugar, porque la educación es un proceso muy delicado, pero también enriquecedor, en el que cualquier niño debe ir forjando sobre la marcha su idea de ver el mundo. Y, en segundo lugar, porque, por más que los amemos, nuestras decisiones no siempre pueden servir a sus intereses.

¿Cómo mejorar la comunicación con tus hijos a través de la terapia online?

Siguiendo el hilo, no hay nada más favorable para mejorar la comunicación entre padres e hijos que aprender a comprender y a comprendernos. ¿Qué necesita nuestro hijo? ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? Y, lo más importante de todo, ¿Cómo debemos en realidad atender y descubrir esas necesidades? En todo caso, siempre entendiendo que, además de la relación familiar en sí misma, existe una diferencia generacional.

En ese sentido, cabe recordar que el modo en que fuimos criados, no es siempre es el modo correcto. No porque la educación doméstica que recibimos en nuestra infancia fuera necesariamente mala, sino porque cada tiempo está sujeto a unos contextos y un prisma único de la vida en cada una de sus etapas. Ni la realidad ni la sociedad en la que crecen nuestros hijos son las mismas que vivimos nosotros. Y hay que asimilarlo.

¿Cómo elegir un buen servicio de terapia familiar online?

Según el portal de información sanitaria Infosalus, en la actualidad se estima que más del 95% de los psicólogos ofrecen terapias online. Un dato que, respaldado por la Covid-19, contrasta con el poco más del 50% de profesionales que ofrecían la modalidad en 2017. Motivo por el que basta con una búsqueda rápida en Internet para encontrar el psicólogo o el centro adecuados, cuyos criterios de selección deben ser honestos.

Con honestidad en el criterio, recomendando recurrir a psicólogos especializados en aquello que nos afecta. En el caso que aquí nos ocupa, con experiencia en el trato de las relaciones entre padres e hijos y, yendo un poco más allá, en el problema existente con mayor exactitud si se da el caso. Lo esencial es que haya una transparencia total a la hora de explicar lo que ocurre. Y para ello también hace falta fuerza de voluntad.

Si bien la oferta de psicólogos podría cubrir su demanda, la realidad es que, aún a día de hoy, queda mucho trabajo por desestigmatizar el cuidado de la salud mental. En el campo de padres e hijos, un territorio no siempre explorado por miedo a reconocer errores y carencias. Pero, por ese motivo mismo, cada vez más necesario. Sobre todo, en este mundo cambiante y sorpresivo en el que deberán crecer firmes nuestros hijos.

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